Calabuch
12 – Diciembre – 2004
Querido Sandalio:
Como no sé si voy a volver a verte en esta vida, ya que vendo mi parte del piso y Helmunt y yo vamos a ver otros lugares de Europa en la autocaravana, quiero decirte esto:
A pesar del poco tiempo que llevo conociéndote, me has impresionado mucho. Eres un hombre auténtico, quiero decir: lo que haces y lo que dices viene del corazón.
Te he contemplado con tus amigos en el bar y he visto lo bien que estás pasando con los naipes y el dominó. Tambien en tu casa, sobre todo en el primer piso con el vino, los higos, el aceite, las cebollas. Me has enseñado cómo se vive bien en el campo.
Me han consolado las palabras sobre la fe, veo que eres un verdadero cristiano que ayuda a los que te necesitan.
Estoy triste de tener que abandonar este lugar tan hermoso y a la gente tan simpática. Pero también echo de menos a mi marido. Como él nunca va a aprender español, para él no ha sido lo mismo estar aquí.
Aún así se queda con buenos recuerdos: Le impresionó mucho la cultura de los bares y dice que el mejor café lo ha tomado aquí. En Berlín no existe una cultura así. También le impresionó el paisaje montañoso. Le dio mucha ilusión conducir por las curvas, camino de Ávila y visitar las ciudades, sobre todo Ávila, Toledo y Bilbao.
Espero que todo salga bien con la venta en la notaría. Muchas gracias por ayudarnos.
Un gran abrazo y suerte con la salud.
Esta carta es real.
Los lugares son ficticios y los nombres de las personas han sido cambiados para proteger a los inocentes