Las trabajadoras norcoreanas, alegres y confiadas, seleccionan manualmente los capullos de seda más óptimos en un molino de Pyonyang.
Los que tengan mejor calidad será utilizados para la fabricación del preciado tejido. Los capullos de seda también son apreciados en la gastronomía en algunas partes de Asia, así como los gusanos que los forman.
Los dirigentes chinos quieren mejoras para los agricultores
Mientras, los dirigentes chinos quieren mejoras para los agricultores, por lo que han decidido multiplicar los esfuerzos para poner freno a la creciente desigualdad entre el campo y las ciudades, que ha alcanzado "un nivel alarmante". No olvidan que el campesinado ha sido históricamente fuente de revoluciones, máxime cuando se multiplican las protestas rurales, especialmente en zonas campesinas.
El primer ministro, Wen Jiabao, afirmó en la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular que "la extensión de la políticca de dar más y recoger menos" constituirá una de las tareas principales del 11º Plan Quinquenal (2006-2010), y que continuará la creación de una "sociedad medianamente acomodada" y la construcción de "una sociedad armoniosa", todo ello en aras de lucha eficaz contra los incontestables datos ofrecidos por el coeficiente GINI (indicador que mide la desigualdad en la riqueza de un país), y que ha pasado el 0,3 en 1980 a un alarmante 0,45 en 2005, nivel juzgado internacionalmente como alarmante.
Al parecer, según avispados oteadores, el gobierno ha hallado la llave para acallar a las masas de campesinos que sustentan la floreciente economía del gigantesco "tigre asiático".
El líder chino adquirió el compromiso de promover un crecimiento menos contaminante y prometió un mejor reparto de la riqueza para que "el conjunto de la población comparta los sabrosos frutos del desarrollo".
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