Monday, January 01, 2007

Nunca saldré vivo de este mundo

CERTIFICADO de DEFUNCIÓN de HANK WILLIAMS (es copia)1 de Enero de 1953
7:00 A.M.
Hank Williams es declarado oficialmente muerto


En la década posterior al crash bursátil de Wall Street, el 82 % de los hogares norteamericanos tenía aparato de radio. Las emisoras comerciales se habían triplicado, las frecuencias de las fuerzas armadas invadían las ondas emitiendo fundamentalmente country music y Hollywood había realizado una película sobre el Grand Ole Opry. El país necesitaba sólo una superestrella. Era el momento para que apareciera Hank Williams.

Nacido cerca de Georgiana, al Oeste de Mount Olive, Alabama, el 17 de septiembre de 1923, fue registrado con el nombre de Hiriam Hank. Su padre, un veterano de la I Guerra Mundial, permaneció hospitalizado en un psiquiátrico la mayor parte de la juventud de Hank, con lo que la educación del muchacho quedó en manos de su madre.

Vino a mundo en posesión de una espina bífida y siempre fue pequeño y frágil.

A los cinco años cantaba en el coro de la iglesia, donde su madre tocaba el órgano. Cumplidos los ocho recibió sin rechistar el regalo de una guitarra.

Se hizo buen amigo de un músico callejero negro conocido como "Tee-Tot", de quien aprendió toda la música de la que fue capaz ademas de cómo ganarse el sustento acaparando a la audiencia y entreteniéndola.

Con apenas 13 años comenzó a tocar en escuelas, centros comunales y locales donde las borracheras –propias y ajenas- y las peleas a puñetazo limpio estaban garantizadas. El joven Hank se familiarizó rápido con aquellas noches de reyertas, alcohol y música.

Acompañado de su propia banda, "The Drifting Cowboys", ganó un concurso para aficionados en el Empire Theatre de la ciudad de Montgomery, Alabama, donde se había trasladado su familia. Recibió sólo 15 dólares, pero aquello le permitió abrir las puertas de diferentes radio-shows.

Dejó la escuela y empezó su carrera musical en serio. Se hizo habitual de las fiestas locales y los conciertos regionales y a comienzos de los años 40 era ya uno de los más reputados cantantes de la zona. Pero también ganó reputación de ser tan inseguro como bebedor. No parecía ir en la buena dirección.
Con 17 años se fue a Texas de vacaciones. Probó como cow-boy en la doma de caballos pero mordió el polvo: sufrió una caída y lesionó su ya lesionada columna de vértebras.

En 1941 firmó un contrato con la estación de radio WSFA bajo el seudónimo de "The Singin’ Kid" que significó un importante empuje a su incipiente carrera.

Dos años después conoció a Audrey Mae Sheppard Guy, una granjera de Alabama con la que se casó en Diciembre de 1944. Hank dio por buena la dote de su esposa, su hija de dos años Lucrecia. Se instalaron en una casa de huéspedes llamada Lily’s y Audrey empezó a ejercer como gerente.

En un viaje a Nashville en 1946 toparon con Fred Rose. Fred
tenía una editorial hillbilly de amplio reconocimiento y facilitó la grabación de cuatro canciones para el sello Sterling Records. Fue una histórica sesión que tuvo lugar el 11 de Diciembre de aquel año. Rose supo diseñar bien un acuerdo con la compañía MGM que se firmó en Marzo de 1947. "Move it on over" fue su primer disco con la MGM y su primera entrada en las listas de Billboard.

Al volver a su hogar en Montgomery todo parecía plácido y posible. Pero sólo lo parecía. Hank había entrado en una dinámica que ya nunca abandonaría. Esa tónica hizo que aparecera totalmente ebrio en sus conciertos y que fuera difícil para sus mejores amigos soportarle. Fred tiró la toalla y su esposa demandó el divorcio a finales de Abril.

Pero el matrimonio se reconcilió y Rose recogió la felpa. En el mes de Agosto logró que Hank debutara en el programa estelar de los sábados por la noche "Louisiana Hayride" de la emisora KWKH de Shereveport, en la cenagosa Louisiana. Los 50.000 vatios de la KWKH estaban consiguiendo que Williams sonara por todo el este del país cada noche del sábado.

Pasados unos meses, al final de una sesión de grabación Hank insistió en grabar "Lovesick blues". Dos tomas rápidas bastaron. Publicada en Febrero de 1949, llegó al primer puesto de las listas de éxito el 7 de Mayo convirtiéndose en un éxito popular inimaginable, difícil de creer. El escueto Hank, de repente, se hizo grande, muy grande.

Por fin, el Grand Ole Opry, se fijó en él.

La calurosa noche del 11 de junio de 1949 Hank Williams, con su frágil imagen, debutó ante un muy exigente público que abarrotaba el mítico Ryman Auditorium de Nashville ávido de comprobar en directo si lo que habían escuchado a través de las ondas radiofónicas y de los discos era realmente lo que ellos pensaban.
Hank dejó al público atónito, en un estado que rozaba la estupefacción. La audiencia quedó tan entusiasmada con aquel flacucho cow-boy de Alabama que le obligó a realizar ¡ocho bises!, algo inaudito, impensable, absolutamente inimaginable.

El éxito que Hank cosechó no tenía precedentes.
Lo sucedido aquella noche que sucedió aquella noche marcó un antes y un después en el devenir de la música popular.

La larga marcha de casi diez años de lucha por conseguir su sueño culminaba con aquellos históricos ochos bises.

A partir de ese momento sus composiciones para el gran público funcionaron extraordinamente bien. En el año 1950 obtuvo tres números 1 y un buen puñado de sus canciones se ubicaron en los Top Ten de los charts de country.

Con el éxito aumentó la libertad creativa. Editó unos temas de corte espiritual y una serie de recitados bajo el mote de "Luke, the Drifter" para gozo propio y como tanteo de la repercusión posible en el público que fueron bien recibidos por la crítica.

El año 1951 fue también plenamente satisfactorio. Sus discos se convertían automáticamente en tremendos fenómenos populares. Vendía millones de copias. Lo nunca visto.

Pero había más por ver. El auge de la televisión en la incipiente década de los años 50 ofrecía posibilidades insospechadas. Los shows que ofrecían estrellas como el polifácetico Bob Hope o el simpático Jack Benny lograban audiencias millonarias. Hank intervino frecuentemente en ellos y se convirtió en la superestrella que el país necesitaba.

Durante un tiempo, la fama y la fortuna pusieron freno a las temidas consecuencias de un estilo de vida autodestructivo.

Mas su sed aumentaba. A la par que sus desavenencias matrimoniales. Para tratar de avenirlas el matrimonio decidió descansar una temporada en una granja de Tennessee. Hank volvió a experimentar una caída, volviendo a resentirse la malformación de su vertebral columna, lo que le provocó dolores realmente intensos. Trantando de mitigarlos, un doctor dictaminó un estricto y severo tratamiento a base de morfina.

Su relación con su esposa y con la salud empeoraban. Audrey volvió a solicitar el divorcio y en Enero de 1952 lo obtuvo. Hank quedó sumido en oscuros y profundos pozos depresivos y buscó refugió en el alcohol y la morfina.

Decidió regresar a Montgomery a vivir con su madre. Vicisitudes sitas al margen, su gran talento como compositor no menguaba. Pero tampoco sus escándalos, que solían estar a la orden del día: destrozaba propiedades ajenas, disparaba al aire con sus armas, y ese tipo de cosas.
Demasiado bebido y separado de la realidad como para actuar se despidió del Opry -algunos biógrafos aseveran que en realidad fue despedido por llegar impuntual a una actuación y llevarla a cabo en estado de plenitud ebria- y regresó al "Louisiana hayride" de Shreveport.
Pero ya estaba absolutamente fuera de control. Nada podía frenar la aceleración de su precipitado hundimiento.

En la CÁRCEL 18 SEMANAS antes de FALLECEREn primavera abandona la casa de su madre y se muda a Nashville, donde hace migas con una figura, Ray Price. Él ya sabía que el dictamen legal del divorcio establecía que el hogar matrimonial, la custodia de su único hijo y el 50 % de los royalties generados por los derechos de autor de sus canciones quedaban en las manos de su ex-esposa.

Mixturando alcohol y morfina minaba su salud.

A pesar de no terminar en pie ningún concierto tenía fieles acólitos. Su joven admiradora Billie Jean Jones Eshlimar, de 19 años, hija de un policía de Louisiana, le seguía allá donde actuara. Hank se encandiló con ella y decidieron contraer votos de matrimonio, haciéndolos efectivos el 18 de Octubre en Nueva Orleans, estado de Luisiana.

Al tiempo, Bobbie Jett, un de sus "amigas de la vida", obtuvo del recién casado un sustento para la manutención de un supuesto hijo fruto de su amor furtivo.

Al final de 1952 Hank recibe nuevos problemas de salud, esta vez de tipo cardíaco, y una nueva batería de fármacos según receta de su médico de cabecera Toby Marshall.

Su agenda profesional le indica que tiene programado un concierto en Canton, Ohio, para Año Nuevo. Un intempestivo temporal acompañado de nevadas intensas impide su traslado aéreo, por lo que toma la decisión de realizar el trayecto en los mullidos asientos de su flamante aumóvil marca Cadillac, recientemente adquirido. Contrata al joven estudiante Charles Carr como chófer.


Antes de partir su médico de cabecera le administra dos inyecciones de vitamina B-12 y una nueva dosis de morfina. La única forma de tenerlo en pie.
El chófer Charles le recoge en su casa y lo instala en el asiento posterior del Cadillac. Entre los bártulos, una botella de whisky que Hank consume durante el trayecto.
Debido al exceso de velocidad un policía detiene el auto. Se trata de un control rutinario. El agente, cumplidor en su labor de inspección vehicular, observa que el pasajero del asiento de atrás yace "como un hombre muerto", según indicó posteriormente.
El estado del pasajero aparenta tal gravedad que lo trasladan con urgencia al hospital de West Virginia, donde las medidas de reanimación resultan infructuosas.

A las 7:00 A.M. del 1 de Enero de 1953 es declarado muerto por fallo cardíaco.


Tres días después de la defunción del cantante, más de 25.000 personas, procendentes de los más diversos lugares del país, acuden, compungidas, algunas incluso con sintomática desolativa, al funeral que se celebra en Montgomery.

Inmersos en un impresionante ambiente, cuatro de sus más entrañables amigos, Roy Acuff, Carl Smith, Red Foley y Ernesst Tubb, entonan, emocionados y conmocionados, una emotiva canción de despedida como póstumo homenaje al desaparecido cantor.


Poco después, Hank Williams fue puesto bajo tierra en el Cementerio Oakwood Annex de Montgomery, Alabama, donde se supone que descansa en paz.


"I'll never get out of this world alive"

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