El reto occidental
"Aproximadamente, la cuarta parte de la población mundial está constituída por individuos chinos, unos mil trescientos millones de personas.
Ateniéndonos a estas cifras y extrapolándolas a una nación de corte occidental, como, por ejemplo, la vecina de Portugal, con unos cuarenta millones de seres, podemos darnos cuenta del problema que esto podría llegar a ser.
En el hipotético caso, hoy día posible, de producirse una gigantesca distribución demográfica, una sencilla operación aritmética nos permitiría saber que uno de cada cuatro moradores de la piel de toro sería chino.
La familia tipo española, a pesar de las últimas tendencias reduccionistas, está constituida por cuatro miembros. La relación no puede ser más clara: en cada hogar español, un chino.
De cada cuatro provincias, una pertenecería totalmente a los hijos de Confuncio.
Esto podría dar lugar a una curiosísima y peculiar situación:
De las provincias hispanas, doce son las bañadas por la cálidas aguas del Mare Nostrum.
Según la proporción de uno a cuatro que estamos manejando, doce serían las provincias correspondientes al dominio extranjero.
Doce, sí. Las mismas que reciben al Mediterráneo. ¿Todo el litoral oriental español ocupado por estos descendientes de mandarines?
Fácilmente puede observarse que podría suceder. Si estuvieran dispuestos a hacerlo lo podrían hacer.
¿Podemos permitirnos siquiera el plantear esta hipótesis, por muy descabellada que pueda parecer a primera vista?
No. Terminantemente no.
En la actual estrategia mundial, a pesar de la ingenua idea del final de la época de bloques, sigue estando presente el principio clásico de enfrentamiento entre dos, o más, partes.
Si el muro de Berlín ha caído, la muralla china no.
El reto occidental es oriental.
El presidente Richard Nixon intentó cierto acercamiento al régimen comandado por el Gran Timonel mediante la llamada
"diplomacia del ping-pong".
El norteamericano hizo suyo el axioma, quizá influenciado por las películas de Ronald Reagan, de
"al indio mátalo con sus flechas".
Pero,
¿quiénes son los campeones mundiales de ping-pong?En cruentas guerras Francia y Estados Unidos perdieron Vietnam. Sin embargo, el Reino Unido ha perdido Hong-Kong sin batalla alguna, claudicando en las mesas de negociación ante las afamadas sonrisas de los funcionarios chinos.
De nada sirve la penetración de ciertas multinacionales.
Han sido engullidas y digeridas sin ningún síntoma de anomalía o malestar en el cuerpo del gigante asiático.
Su salud sigue siendo férrica, quizás por la vigencia del mensaje de Mao en lo referente a la educación física:
"ésta no sólo armoniza los sentimientos, sino que refuerza la voluntad: el fin perseguido es el heroísmo militar".
A pesar de las actuales armas de destrucción masiva e inmediata, el contingente humano sigue siendo necesario.
A diario, millones de chinos se entrenan en las calles de sus ciudades, villas, pueblos...y sin armas.
¿Dónde entrenan los civiles de occidente? ¿En modernos gimnasios bajo las instrucciones de una escuálida ex-actriz?
Mientras los chinos buscan firmeza militar, los occidentales buscan firmeza pectoral.
¿Será ésto premonitorio de la respuesta que habrán de dar los responsables de nuestras fronteras cuando la derrota sea consumada ante su desidia: ¿A lo hecho, pecho?"
"El reto occidental" (1994) - Guadalupe Lalique
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