Semana del sofá

J. G. acudió el pasado Sábado 12 de Mayo, al mediodía, a inspeccionar los posibles daños, y su posible cuantía, causados por un incendio que había calcinado una zona próxima a la vivienda que había adquirido recientemente.

El piso, sito en el número 16-18 de la calle Guilleries de la urbanización Mas Matas de la costera ciudad de Roses de la región nororiental de Cataluña, fue públicamente subastado tras el cese de los pagos hipotecarios y fiscales allá por el año 2001.

J. G. venció en la puja.

Era la primera vez que visitaba su nueva adquisición.

Semimomia

Al entrar se encontró con algo que superaba sus peores temores: un cadáver momificado sentado en el sofá del cuarto de estar.

El resto humano estaba semi-momificidado y ofrecía un aspecto acartonado.

No está claro aún si fue la acción del aire salado del mar o la falta de oxígeno –el inmueble estaba cerrado de forma hermética- lo que impidió la descomposición del cuerpo, evitándose así evidencia odorífera de lo que, inexorablemente, la naturaleza acostumbra a realizar con cuerpos sin vida.

Identidad

Aunque los Mossos d'Esquadra no facilitaron datos sobre la identidad de la fallecida, ESTUFACTO ha podido saber que se llamaba María Luisa, anterior propietaria de la casa, una mujer introvertida que vivía sola -su matrimonio, al parecer, se había roto un año antes- un poco mística y con inexistente vida social. No gozaba de buena salud.

Su familia es de origen andaluz. No tenía familiares en Cataluña y no se trataba con sus hijos, residentes en Madrid, Móstoles concretamente, donde pasaba largas temporadas con su madre.

Había trabajado como dependienta en una panadería y en el servicio de habitaciones de diversos hoteles de la zona. Su último trabajo, antes de su ausencia, había sido el de cuidar ancianos.

Fallecida con 55 años, en la actualidad tendría 61.

All alone, sitting on my sofa
Oh, oh, oh, sitting on my sofa
Now i'm stuck here, sitting on my sofa
All alone, sitting on my sofa

Sitting on my sofa - The KINKS

Por otra parte, en la localidad de Aizuwakamatsu, en la provincia de Fukushima, al norte de Japón, un adolescente de 17 años se entregó a la policía local en una comisaría, también local, a primera hora de la mañana del Martes 15 de Mayo portando una bolsa.

Según la agencia de noticias Kyodo, el joven acudió solo y comentó a los agentes que dentro de la bolsa llevaba la cabeza de su madre, a la que había matado durante la madrugada.

Preguntado por los sorprendidos agentes, el joven respondió con tranquilidad que se debe acabar con la guerra y con el terrorismo y que no le importaba matar a su madre para conseguirlo.

Atónitos, los agentes acudieron hasta la vivienda del adolescente, donde encontraron el cuerpo decapitado de la madre sobre un sofá-cama.

Al parecer, la cabeza de la mujer fue separada del resto de su cuerpo con un cuchillo que fue encontrado junto al cadáver.

La Policía ha abierto una investigación para esclarecer el asesinato.

El diario Asahi afirmó en su edición digital que el adolescente, detenido bajo la presunción de haber asesinado a su madre, será sometido por parte de las autoridades a pruebas psicológicas para determinar si sufre merma de facultades mentales.

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