Saturday, November 24, 2007

Crónicas - Vol. I

Fui declarado oficialmente muerto a las 13:07 horas (hora local de Dallas, Texas) del Domingo 24 de Noviembre de 1963.

Los doctores del Hospital Parkland estimaron como causa de mi fallecimiento el alojamiento en mi hígado, tras perforar varias arterias de significancia vital, de una bala procedente de un revólver del calibre 38, cuyo gatillo fue accionado por un hostelero a las 11:21 del mismo día.

El momento fue visto en tiempo real a través de receptores de señales televisivas por millones de ciudadanos. Más tarde supe que fue el primer asesinato emitido en directo por la TV.

Los hechos sucedieron cuando iba a ser trasladado a la cárcel del condado bajo la atenta custodia de dos detectives. Recuerdo que uno de ellos lucía un elegante traje blanco y sombrero a juego.

Había llegado a aquella comisaría dos días antes. Un oficial de policía me había arrestado a las 13:52. Yo me encontraba en el Texas Theatre viendo una película.

Unos minutos antes había pasado por mi apartamento para cambiarme de ropa, después de salir del almacén de libros donde trabajaba. Recuerdo que justo antes de salir tomé un refresco en la segunda planta.

Había estado durante la Primavera en Nueva Orleans con mi familia, tras realizar varios trabajos sin demasiado interés en Fort Worth.

Antes de eso residí durante dos años y medio en la Unión Soviética, donde me había casado y tenido una hija, June.

Para entonces ya había abandonado el ejército. Mi madre se encontraba imposibilitada y precisaba atención.

Durante 1958 tuve varios destinos en diversas instalaciones del Pacífico. Unos días antes de cumplir diecisiete años me había alistado en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, siendo destinado al Japón.

Habíamos vivido un tiempo en Nueva York, en el Bronx, cerca del zoológico, donde me gustaba pasar largas horas. También disfrutaba viajando en el metro. Me situaba en la parte delantera del primer vagón con las manos apoyadas en el cristal mientras el tren taladraba la oscuridad y yo sentía estremecer mi cuerpo en los tramos de mayor velocidad.

Mi personalidad revelaba una inteligencia extraordinaria. Mostraba con fuerza tendencia a la soledad, supongo que por mis problemas de adaptación al entorno, acaso debidos a que mi familia padecía desestructuración.

Mi madre se llamaba Marguerite y mi padre, que murió antes de yo nacer, Robert Edward.

Vine a este mundo en un suburbio de Nueva Orleans, Louisiana, el Miércoles 18 de Octubre de 1939.

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