Tuesday, August 14, 2007

De lo que escribí y leí con gafas

DIARIOS DE MOTOCICLETA
Notas de viaje por América Latina

Por Ernesto "Che" Guevara
Ed. Ocean Press, 2004

Como el mismo título afirma, "Diarios de motocicleta" relata el viaje de Ernesto Guevara que comenzó junto a su amigo Alberto Granado con el propósito de conocer América Latina y satisfacer el sentido aventurero de dos jóvenes intrépidos.

Tengo que confesar que tras haber visto la excelente película que basada en estas notas ha realizado el director Walter Selles, el libro a veces se te cae de las manos, sobre todo en sus comienzos, recargado de descripciones fallidas, pretenciosas y románticas, propias del joven que se inicia en el difícil arte de escribir. Con la práctica, y la madurez que un viaje de esta envergadura proporciona a velocidades vertiginosas, la prosa del joven Guevara mejora considerablemente y podemos disfrutar con sus reflexiones, desventuras y descripciones de las gentes y paisajes que encuentra en su largo camino.

El audaz viaje comienza en Córdoba (Argentina) en Diciembre de 1951 y terminará en Caracas en Julio de 1952. Alberto acaba de licenciarse como médico y al asmático Ernesto le falta un año para completar sus estudios en idéntica disciplina. Atravesarán Argentina, Chile, Perú, Colombia y Venezuela. Los planes de viaje incluían una moto, La Poderosa , con la que sufrieron todo tipo de vicisitudes y tuvieron que dar por muerta en Chile. Su paso por Argentina y Chile parece no les trajo grandes complicaciones. Las anécdotas son divertidas, el tono amable y la hospitalidad que reciben en ambos países digna de agradecimiento.


Considero Perú el trance más difícil para nuestros jóvenes aventureros y el más impactante. A lo largo de todos los pueblos que atraviesan en su camino, la cultura indígena, y la pobreza casi indescriptible del indio con el que ni siquiera pueden comunicarse, se les revela con todo su dramatismo. El mítico "Che" empieza a confeccionar su ideario revolucionario como única manera de luchar contra las terribles injusticias que evidencia consistentemente durante todo el viaje.

No tienen un mísero peso para comer o dormir, pero el sufrimiento no les afectará en su determinación de continuar viaje "a como de lugar". Algunas noches se alojan en hospitales o en comisarías, otras les sorprenderán a mitad de camino entre dos poblaciones y tendrán que pasarla andando para no morir de frío. Los traslados los realizan por lo general en camiones de mercancías que se apiadan de los pobres "doctorcitos" que no tienen donde caerse muertos. Las páginas se consumen en la repetición continua del que viaja sin dinero e invierte ingenio y tiempo para satisfacer sus necesidades básicas como son la comida y la búsqueda de un lugar más o menos abrigado para pasar la noche.
Las descripciones de los sobrecogedores paisajes, de los llanos y de las montañas andinas resultan bastante acertadas. Aun así, el panorama descrito es de tal magnitud que las palabras se nos quedan pequeñas para los que tenemos la suerte de conocer las tierras que describe.

En este sentido la película juega con ventaja, ya que vemos los lugares de los que nos habla el autor en lugar de imaginarlos a través de la palabra.

Guevara asigna varios capítulos del libro a los Andes, la ciudad de Cuzco y Machu Picchu donde la cultura inca se manifiesta con todo su poderío. Dedica palabras crueles hacia los turistas americanos y los conquistadores españoles, producto de su conciencia antiimperialista y de la política norteamericana hacia sus vecinos del Sur. Apunta asimismo en estas notas juveniles su sueño de una América Latina unida y poderosa y su convicción de que la actual división entre los países latinos es ficticia y arbitraria.

El resto del viaje desde Perú hasta Venezuela aparece poco detallado y tiene grandes lagunas, sobre todo si lo comparamos con la sucinta y apasionada descripción del Perú. Posiblemente debido a la falta de fuerzas tanto físicas, recordemos que el asma le ataca con frecuencia, como psíquicas de un viaje apasionante pero agotador. Sólo esta consideración justifica que tampoco se detenga en sus relaciones de camaradería con su amigo ni mencione la despedida. Nos enteramos de la separación porque en las últimas páginas Guevara confiesa que siente como si le faltara algo. Es la ausencia de su compañero de viaje, quien planeó al detalle el itinerario y quien sospecho llevó las riendas de la desmesurada ruta.

Guevara se despide en sus notas con un apasionado alegato político que no tiene nada que ver con el viaje sino con su pensamiento revolucionario. Justamente tituladas "Acotaciones al margen", en los tiempos que vivimos nos suenan a viejas y desmesuradas. Sin embargo el hombre que las enuncia como despedida de estas notas lo hace desde el corazón y resuelto a luchar y dar su vida por los desfavorecidos:

"Ya siento mis narices dilatadas, saboreando el acre olor de pólvora y de sangre, de muerte enemiga; ya crispo mi cuerpo, listo a la pelea y preparo mi ser como un sagrado recinto para que en él resuene con vibraciones nuevas y nuevas esperanzas el aullido bestial del proletariado triunfante".


V.F.C. - New York


De lo que escribí y leí con gafas


Diarios - John Cheever
The Glass Palace - Amitav Ghosh
Abril rojo - Santiago Roncagliolo
Memoria de mis putas tristes - Gabriel García Márquez
Snow - Orhan Pamuk
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Oracle night - Paul Auster

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