THE GLASS PALACE
Amitav Ghosh
La novela histórica nos ha dejado muchas obras maestras. En este caso Amitav Ghosh coloca a sus personajes de ficción en un lugar y un tiempo determinado y lo hace tan bien, que el lector termina el libro con una idea muy precisa sobre lo que ocurrió en Asia durante la práctica totalidad del siglo XX. La intención didáctica de la novela se esconde tras una cuidada prosa y una avalancha de acontecimientos, de orden personal o político, que nos mantienen en vilo hasta la última página, como si leyéramos una novela de aventuras con el trágico añadido de que efectivamente todos los acontecimientos en los que se enmarca esta obra han sido reales. Una de las funciones menos señaladas pero más prácticas de los comentarios sobre libros es informar sobre el mismo al que no va a leerlo.
En el caso que nos ocupa debo advertir que las líneas que siguen no van a servir de mucho, dada la enorme cantidad de sucesos, personajes y situaciones, imposibles de concretar en unas cuantas páginas.
Para el lector sería muy conveniente, aparte del imprescindible mapa para ubicar los distintos traslados de los personajes, otro de orden genealógico, ya que a veces uno se acaba despistando en un mar de hijos, nietos, sobrinos, esposas y amantes de distintas generaciones.
Para entendernos creo que podemos dividir esta obra en cuatro grandes áreas temáticas que se conectan hábilmente entre sí.
La novela empieza con la caída del rey de Burma en Mandalay en 1885 y su posterior exilio en Ratnagiri. Este acontecimiento histórico le sirve al autor para introducir a la primera generación de sus personajes y de paso enseñar al lector la situación de la India y sus países vecinos a finales del siglo XIX.
El Imperio Británico explota las riquezas naturales de estos países y comienza a desarrollarse una incipiente industrialización de la que algunos ciudadanos de Burma se beneficiarán. Es el caso de Rajkumar, protagonista absoluto de nuestra historia. En este primer bloque también conocemos a Uma, esposa del recaudador inglés de Ratnagiri y a Saya John, mentor de Rajkumar.
Las vidas de estos personajes y sus respectivas familias conforman una segunda parte. Rajkumar se casa con Dolly, antigua ayudante de los Reyes de Burma y gran amiga de Uma, quien se transformará en una nueva mujer al enviudar y heredar una holgada situación económica.
En la tercera parte, la Segunda Guerra Mundial sirve de catalizador de todos los acontecimientos. Ghosh dedica mucho tiempo a Arjun, soldado que forma parte de la Academia Militar India en la que los ingleses formaban a los oficiales de este país. El conflicto moral y político en que se ven envueltos los soldados hindúes que luchan de la mano del invasor, aparece magistralmente expuesto.
No podía ser menos, teniendo en cuenta que el padre del autor era uno de estos oficiales que luchó en la segunda Guerra Mundial. La mayor parte de los militares hindúes sufre también un claro problema de identidad debido a su formación elitista y aislada del resto de sus compatriotas:
¿Qué somos? Hemos aprendido a bailar el tango y sabemos cómo comer roast beef con cuchillo y tenedor. La verdad es que exceptuando el color de nuestra piel, la mayoría de la gente en nuestro país no nos reconocería como hindúes.
La obra concluye en la época contemporánea. La nieta de Dolly y Rajkumar investiga la historia de su familia durante los últimos 100 años y para ello se concentra en localizar a su tío Dani. Lo hallará ya anciano en su estudio fotográfico de Rangoon. Su negocio se llama como esta novela y como la residencia de los Reyes de Burma. "El Palacio de Cristal" comienza con la suntuosidad de la Residencia Real y termina con la modestia de un pequeño estudio fotográfico en Rangoon. Parece que el autor situa a éste último, en tanto que representa el sufrimiento y la nobleza del ser humano, por encima de las riquezas materiales y de la abundancia.
Como afirma Kundera, la grandeza de toda buena novela consiste precisamente en mostrar la complejidad de toda situación, siempre viene a decir que las cosas no son tan simples como parecen. Ghosh insiste continuamente en la diversidad de juicios que un mismo hecho (ya sea histórico o de carácter personal) puede generar. La verdad, como la anguila, se te escurre de las manos, es imposible de hallar porque encontramos infinitas, tantas como reflejos de cristales.
La otra constante de esta magna obra pone de manifiesto los cambios radicales de actitudes y valores que provocan en los seres humanos el paso -o peso- del tiempo y las circunstancias.
La hija mayor de los reyes de Burma queda embaraza del chófer de éstos. Cuando el recaudador inglés le reprocha a la reina el escándalo que provocaría hacer público el desgraciado asunto, la reina le reprende:
¿Tiene usted la insolencia de venir aquí y hablarnos de escándalos? No hay escándalo alguno en lo que ha hecho mi hija. El escándalo radica en lo que ustedes nos han hecho a nosotros, en las circunstancias a las que nos han reducido, en nuestra mera presencia en este lugar.¿Qué han hecho mis hijas para que tengan que pasar sus vidas encerradas en esta prisión? ¿Cometieron algún crimen? ¿Acaso fueron juzgadas o sentenciadas?
La postura de la reina hubiera sido radicalmente opuesta de no llevar 21 años exiliados en Ratnagiri.
En el caso de Dolly, esposa de Rajkumar y madre de dos hijos, Neel y Dani, el cambio en su manera de ser parece desmedido. La enfermedad de uno de ellos la conduce lentamente a un aislamiento que se irá intensificando con el paso de los años hasta que dejamos de reconocerla. Dolly verá pasar la vida desde sus aposentos. Los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial la despiertan de su incomprensible letargo. La muerte de su hijo mayor Neel, la debilidad de su nuera y la responsabilidad de cuidar a su nieta en pleno éxodo de Burma tras el bombardeo de Rangoon, parecen devolverla de nuevo a la vida. Perderemos definitivamente su rastro cuando, años más tarde, desaparece en busca de su hijo para terminar ingresando en un centro budista.
El trato que otorga el autor a los personajes femeninos no parece neutral, más bien extremista. O muy fuertes o muy débiles. Manju, la nuera de Dolly, sucumbe, no puede aceptar la inesperada muerte de su marido y ni siquiera su hija recién nacida le devuelve las ganas de vivir. Se suicidará tras atravesar a pie junto a sus suegros las montañas de Burma para llegar a la India, huyendo de los japoneses.
El personaje de Uma, la viuda del recaudador inglés de Ratnagiri, también resulta extremista por las razones opuestas. Tras la muerte de su marido, se transforma en una nueva mujer, que viaja y se compromete politicamente con lo que considera debería ser la justicia social.
Uma vive una temporada en Estados Unidos y retorna a la India con el propósito de convencer a los militares hindúes de que su trabajo es opuesto a los intereses de su pueblo. Más tarde se alía con el pacifismo de Ghandi, por cuya causa pasará algunos meses en prisión.
A pesar de manifestar su discrepancia en todos los ámbitos con Rajkumar, las ironías de la vida acaban uniéndolos. En una magistral vuelta de tuerca, tras una enemistad labrada y manifiesta a lo largo de los años, asistimos sorprendidos, una vez desaparecida Dolly, a una noche tal vez de amor o de ternura, con las dentaduras postizas de ambos compartiendo vaso.Bella, la nieta de Rajkumar, el bebé que acarrearon en su precipitada huida de Burma será testigo de esta escena y según constatamos en las últimas páginas, la narradora de esta apasionante historia.
Ghosh ha escrito una obra maestra de dimensiones épicas que servirá de referencia a las generaciones futuras de la barbarie de la guerra y quedará por siempre como testimonio de la sabiduría y grandeza humana necesarias para concebir esta obra.
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